Pilar Marina es una niña de ojos muy despiertos que desde su curiosidad observa el mundo que la rodea. Ese universo infantil lo plasmaba en dibujos y pinturas bajo la atenta mirada de su madre, quien intuía, ya desde entonces, que su hija seguiría sus pasos como artesana y artista multidisciplinar.
Desde pequeña expresó su vocación: ”Quiero construir casas bonitas para que la gente sea feliz”, y con la tenacidad de los que tienen claro a qué quieren dedicarse en la vida, empezó a estudiar Arquitectura y también a visitar obras, porque la teoría era insuficiente para un espíritu inquieto. Tantas visitas la llevaron a iniciar prematuramente su carrera profesional, y a los 19 años, compaginándolo con sus dos carreras, empezó a trabajar en un conocido despacho de Arquitectura en Barcelona.
Han pasado algunos año, pero su misión sigue intacta, y Pilar Marina proyecta y desarrolla espacios que son el reflejo de gente feliz, espacios abiertos y sociables, a la medida de las personas, fiel reflejo de su personalidad y en armonía con el entorno.
Más allá de arquitecta, Pilar Marina es interiorista con un universo artístico: Pilar dialoga de forma empática con los espacios.
Así, su proceso de inspiración empieza con un paseo silencioso por el espacio y por el entorno que le rodea. Deja que cada rincón le susurre que es lo que necesita. Y ella escucha atentamente. A veces para concentrarse y visualizar su nuevo proyecto, necesita abrazar a su mejor amigo, un violín que la acompaña desde los 5 años allá donde va. Y cuando aparece la inspiración, la deja salir y le da todo el espacio y la fuerza … para después matizarla a la medida de la persona y su forma de ser porque “Tu hogar es el reflejo de lo que eres. Por eso, cada detalle cuenta.”
…por Cristina Masachs